Te vi llegar,
y algo en mí
supo que te ibas a quedar.
Tu cuerpo necesitaba calor,
tus ojos pedían amor,
pero no, no de ése, del que doy.
Y sí, lo sé, no te puedo cambiar,
lo que siento por ti
nunca lo sentirás.
¿Por qué no puede ser así?
Tú, y yo por siempre feliz...
Diciéndome “ojos”, y yo “mon chéri”.
Quiero saber
quién fui yo para ti.
Y ¿por qué te es tan fácil olvidarte de mí?
Me decías que querías casarte conmigo ya,
que soy hermoso, maravilloso,
y perfecto demás.
Entonces,
¿qué pasó?
¿A dónde se fue ese casi amor?
Hay que saber cuándo callar.
¿Por qué enamorar para luego dejar?
A las palabras no se las lleva el viento, se quedan dentro.
Te vi marchar,
y algo en mí
supo que ya no volverías más.
Y aquí estoy
tratando de olvidar
todos los planes que ya no serán.
Aquí estaré
tratando de evitar
el recuerdo de tu voz, tu olor, tus abrazos, tus besos, tu pseudo-querer. A ti.